Odontología

Los dientes y encías sanos son importantes para la buena salud general del niño.
La dentición temporal (de leche) tiene una estructura y forma que favorecen el avance rápido de la caries hacia el interior de la pieza dentaria. Comienzan como pequeñas zonas de desmineralización, las que pueden ser tratadas farmacológicamente con productos a base de flúor, lo que permite detener su avance y promover su remineralización.
Si el niño no asiste regularmente al dentista, los padres recién logran percatarse de la presencia de caries en los dientes de su hijo, cuando están en una etapa avanzada de destrucción de la pieza dentaria y a veces debido al dolor que provocan en el niño.
Los dientes lesionados, enfermos o con desarrollo deficiente pueden ocasionar:

  • Nutrición insuficiente
  • Infecciones dolorosas y peligrosas
  • Problemas con el desarrollo del lenguaje
  • Baja autoestima

Por estas razones, es importante la prevención y la detección temprana de posibles patologías. Una de las formas de prevención es acudir al dentista a revisiones periódicas.
En la actualidad la recomendación de los odontólogos es que la primera visita de los niños al dentista sea entre los seis meses y el primer año de vida, cuando comienzan aparecer los dientes de leche, ya que es el momento ideal para educar a los padres sobre aquellas conductas que permitirán un buen desarrollo dental y se evita una de las patologías más comunes, como son las caries.
Entre el segundo y tercer año de vida, las visitas son de real importancia, porque a esa edad se tiene la fórmula dentaria temporal completa, lo que permite prevenir la aparición de caries y de malos hábitos que pueden alterar el desarrollo de la dentición y de los tejidos que forman la boca y la cara. De esta forma se puede educar a la familia e ir acostumbrando al niño a la consulta dental.
Otro de los objetivos de las primeras consultas es conservar los dientes de leche en buen estado. Esto, porque además de cumplir una función primordial en la masticación, son importantes para el desarrollo del lenguaje y como parte de la estética del niño, por lo tanto, influye en su proceso de sociabilización. Asimismo, estos dientes son los mantenedores naturales del espacio para las piezas definitivas.

¿Cómo prevenir?
Cepillado de los dientes, el cual variará según la edad del niño. Idealmente, deberían cepillarse después de cada comida, pero como eso es muy difícil de lograr, se recomienda a los padres dar una dieta saludable a sus hijos, evitando el consumo de alimentos cariogénicos entre las comidas. Además, el cepillado debe realizarse al menos dos veces al día: en la mañana (después del desayuno) y en la noche, antes de que el niño se acueste.
Por eso es importante comenzar en forma precoz las terapias preventivas, idealmente entre los dos y los seis años. Consisten básicamente en una profilaxis o limpieza de los dientes con pastas especiales para eliminar mecánicamente la placa bacteriana y tinciones de la superficie del diente. También se realizan fluoraciones para fortalecer el esmalte dentario.
La mejor atención profesional es aquélla que permite prevenir cualquier daño prematuramente. Así, el tratamiento será más fácil y mejor aceptado por el menor.

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